🌀 Parte 2: Más allá del personaje — El espacio que lo contiene todo

🌌 Imagina que estás en la pantalla de selección de personajes de tu juego favorito. Puedes elegir apariencia, habilidades, historia de fondo. Pero, por un instante, dejas el mando a un lado y te das cuenta: tú no eres el personaje. Eres quien elige. Eres quien observa. Eres el jugador.

🧘 En este capítulo, entramos en una dimensión que no se ve pero que lo contiene todo: el espacio. No solo el espacio físico, sino ese espacio interno, invisible, donde suceden tus pensamientos, emociones, recuerdos, impulsos… Ese espacio no se toca ni se mide, pero sin él, nada podría existir. La mente puede llenarse de tormentas, pero el cielo que las contiene siempre está ahí: inmenso, silencioso, presente.

🎮 A lo largo de la práctica del mindfulness y la meditación, vamos entrenando una habilidad muy concreta: no perdernos en las formas. Las formas son lo que sucede: la rabia, la prisa, la euforia, el miedo. Pero si te entrenas en reconocer el espacio en el que eso sucede, nace en ti una nueva libertad. Te conviertes en el observador, no en la emoción. No eres “el personaje en crisis” sino el escenario en el que se desarrolla la escena.

🧭 Y aquí ocurre algo muy gamer: cuando sueltas la necesidad de controlar lo que aparece (los enemigos, los eventos, las subidas de dificultad), descubres que hay algo en ti que no se rompe con nada. Ese espacio interior, como el cielo, no se daña cuando pasa una tormenta. Lo contiene todo, sin alterarse. Puedes aprender a identificarte con ese espacio en vez de con las mil formas que lo habitan. Puedes ser cielo, no nube. Campo de juego, no jugada.

🌿 En el budismo tibetano, esto se entrena incluso mirando el cielo durante largo rato, hasta que tu conciencia se expande con él. Se aprende así a no defender ningún yo, a no luchar contra lo que aparece. El espacio no necesita protección. No se hiere. No se quiebra. Por eso, cuando habitamos ese estado, dejamos de resistirnos al momento presente, y comenzamos a vivir en paz.

⚖️ Si solo ves las formas (la ansiedad, el problema, la discusión), pierdes el contacto con lo esencial. Es como jugar un RPG sin mirar el mapa general. Estás atrapado en una pelea, sin ver que hay más mundo. Pero si te entrenas en ver desde el espacio —desde el mapa más amplio— entonces lo que sucede adquiere perspectiva. Dejas de vivir como si tuvieras que ganar cada batalla, y empiezas a jugar con sentido de amplitud, de calma, de conciencia.

🪐 Cuando el espacio interior se abre, es como pasar de una consola portátil a una pantalla panorámica 4K. No cambia el juego, cambia la forma de vivirlo.


👉 Sigue con: Parte 3 – La visión del jugador lúcido — La luz que revela lo que somos

📚 Índice del Capítulo 6 de Desbloquea la calma: Meditación para vivir en consciencia

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