🧘♂️ Cuando uno empieza a meditar, la mente suele hacer de todo menos quedarse quieta.
Pensamientos, recuerdos, impulsos, emociones, incomodidades, planes, canciones pegajosas…
Todo aparece.
Y ante esa avalancha, lo primero que surge es una pregunta:
“¿Qué se supone que tengo que hacer con todo esto?”
🎮 La respuesta es más sencilla —y más difícil— de lo que parece: no tienes que hacer nada. Solo observar.
Así, sin más. Aparezca lo que aparezca, no lo persigas, no lo rechaces, no lo analices… solo míralo pasar.
Mindfulness empieza con una simple instrucción
🧠 Vicente Simón lo llama la instrucción fundamental.
Es la base, el primer nivel.
La práctica de mindfulness no arranca con técnicas complicadas ni mantras secretos, sino con una frase que podría estar escrita en la pantalla de carga de un juego de introspección:
“Aparezca lo que aparezca… simplemente obsérvalo.”
🕹️ Es como cambiar el modo de juego de acción-reacción a modo espectador consciente.
No estás aquí para combatir cada emoción como si fuera un enemigo.
Estás aquí para ver. Y en ese ver, empieza el cambio.
Observar sin actuar: tu mente como pantalla
🎬 Imagina que tu mente es una pantalla en la que se proyectan escenas.
Algunas son caóticas, otras tranquilas, algunas repetidas, otras inesperadas.
La práctica es quedarte ahí, viendo esa película interna, sin meterte en ella. Sin convertirte en los personajes. Sin hablar solo como si estuvieras en esa situación que la mente intenta hacerte creer como real.
Solo observas. Con curiosidad. Con apertura.
🧩 Puedes notar:
- “Tengo un picor en el brazo”
- “Estoy pensando en lo que pasó esta mañana”
- “Me estoy poniendo nervioso”
- “Siento ganas de dejar esto”
💡 Y todo eso está bien.
Porque observarlo ya es parte del juego.
No es pasividad. Es presencia activa.
🙅♂️ Observar no es rendirse. No es dejarse arrastrar.
Es desarrollar una nueva habilidad mental: la capacidad de estar contigo mismo sin dejarte llevar por cada estímulo.
Es como mirar el menú de opciones en vez de apretar el primer botón que brilla.
🎯 Esta es la base del mindfulness: notar lo que ocurre mientras ocurre, y no perderte en ello.
No necesitas cambiarlo, ni entenderlo.
Solo estar ahí, viendo… mientras todo pasa.
Difícil no es observar… lo difícil es no intervenir
🎮 Es como ver a tu personaje en un juego moverse solo durante una cinemática interna.
Tu impulso es agarrar el control, tocar botones, cambiar la escena.
Pero el entrenamiento es aguantar sin hacer nada.
Solo mirar.
Y en ese mirar sin intervenir… empieza la verdadera transformación.
Hoy, cuando algo te moleste, no actúes de inmediato.
Haz pausa. Observa lo que estás sintiendo.
Practica ese primer paso.
Es el comienzo de una nueva forma de jugar contigo mismo.
👉 Sigue con: Parte 2 – Activa todos tus sensores: qué puedes observar dentro y fuera de ti
📚 Índice del Capítulo 2 de Desbloquea la calma: Meditación para vivir en consciencia
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