Sesión de Retrostalgia con Burnout en GameCube: carreras urbanas, tráfico civil y ese loop de “arriesga para cargar turbo y vuela” que definió a la saga. Me fijo en la lectura de escenarios, en cómo te enseña sus reglas sin parar la acción y en si el control mantiene la finura suficiente para que el riesgo sea divertido y no frustrante. Sin veredictos, sin destripes, sin comparar con secuelas: solo el comienzo, limpio, en su consola original. ¿Sigue siendo adictivo ese primer sprint cuando te juegas el turbo a centímetros del choque?
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